“Existe, en definitiva, una postura puramente artística en las acciones terroristas”
Esta podría ser una tesis del documental de Johan Grimonprez.
Es inquietante el hecho de esta especie de premonición cinematográfica, e incluso me hace pensar en alguna influencia a los actos terroristas del 11 de septiembre, donde Grimonprez adquiere un valor especial en las espectaculares imágenes que quedaron registradas ese día, donde el cuadro estuvo compuesto por dos líneas paralelas en vertical (torres gemelas), alegorizando el infinito, derrumbadas por otras dos líneas paralelas en horizontal, terminando en un espectacular encuentro entre las dos dimensiones de nuestra realidad, más allá de la vida y la muerte, los atentados terroristas demostraron que el hombre es capaz de observar todo en dos planos distintos, lo vertical y lo horizontal expuestos en un solo punto.
Grimonprez más que juzgar acciones terroristas, abstrae la noción de mal y nos muestra una evolución de la forma de visualizar estas imágenes terroristas, que através de la televisión el hombre que es terrorista más que hacer un acto tonto y suicida, realiza acciones de protesta por su necesidad de atención, la lucha por su propia existencia, el esfuerzo de mantenerse en la memoria del hombre, matar como el peor pecado y el mejor medio para ser observados, casi una necesidad artística.
Todo esto se apoya en un verso de Rilke que a Grimonprez le gusta, en la primera elegía de Duino:
“Quien, pues, si yo aclamara, entre los cohortes de los Ángeles me oiría? Y aun cuando uno de ellos, de pronto, me estrechara contra su corazón ¿No me desvanecería bajo su existencia demasiado fuerte? Porque lo bello no es mas que ese grado de lo terrible que todavía podemos soportar, y si lo admiramos tanto es solo porque, impasible, desdeña destruirnos. Todo Ángel es terrible”
Si intentamos yuxtaponer este verso de Rilke con el documental de Grimonprez, el resultado podría ser: Los Ángeles terroristas en su búsqueda artística.
No hay comentarios:
Publicar un comentario