La película oscila entre tres lugares principales, en la mente del acusado (Randall Adams), en la mente del acusador (David Harris) y dentro del sistema de policia de Texas.
Y desde un hecho que bien podría ser amarillista (un asesinato a un policía llamado Rober Wood) y hacerlo espectacular, Errol Morris decide mas bien, y acertando en la tcnica, a una realización mas bien meticulosa y nada a gran escala, eso se agradece pensando en que menos es mas. A través de entrevistas y recreaciones este film pasa a ser una película muy decente y bien manejada en su contenido y forma. Que ademas, en un genero non-fiction me parece que es fundamental que la forma y contenido esten bien acorde y manejados sin excesos.
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